Los punteros láser se han convertido en un juguete para niños y adultos, incrementándose su uso en la sociedad durante los últimos años, sin tener en cuenta los peligros que pueden acarrear para la salud y la seguridad.

Nada más lejos, hace unos días podíamos oír en las noticias cómo un conductor de camión apuntó con su láser a varios conductores “por diversión”, poniendo en riesgo la seguridad de los pasajeros de otros vehículos que circulaban por la carretera.

Además, los conductores no son los únicos afectados por esta nueva moda. Los pilotos de avión llevan años quejándose a varios países, como España, de unos molestos rayos láser que les deslumbran cuando están sobrevolando zonas urbanas o están realizando maniobras en las inmediaciones de los aeropuertos.

Sin embargo, el deslumbramiento no es uno de los peligros más graves de los rayos láser, ya que la perdida de visión borrosa temporal o la ceguera total están entre las consecuencias más graves. Por este motivo, es importante explicar a los ciudadanos los peligros que acarrea el uso indebido de estos punteros.

Según los expertos, un láser de 5 milivatios de potencia, utilizado como puntero, puede causar un daño irreparable en la visión de las personas si se incide sobre el ojo a menos de 16 metros. Igualmente, hay que tener en cuenta que el peligro de ceguera temporal sigue presente hasta los 80 metros, e incluso, aunque se utilice un láser con baja potencia si se tiene una exposición prolongada.

Por ello, debido a la peligrosidad de estos artilugios, hay que tener muy en cuenta los milivatios y el color que tiene el láser que se quiere comprar, ya que los láser de uso doméstico con más de 1mw y los de color verde son más dañinos que los de otros colores.

Por otro lado, y no menos importante, se debe tener en cuenta las tiendas físicas u online donde se van a adquirir estos productos, por lo que lo más recomendable es asegurarnos de que los punteros que ofertan cumplen con las normativas de seguridad establecidas por la Unión Europea. Nunca se deben comprar punteros de altos milivatios, como los de 1000 mw, que venden sin reparo en muchas páginas web.

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