La salud visual de los más pequeños del hogar debe ser siempre una prioridad, pero especialmente en periodos como el curso escolar.
Durante esta etapa, los niños sufren un gran estrés visual causado por la presencia de ordenadores y tabletas en las aulas. Así como largas horas de estudio y elaboración de tareas en condiciones lumínicas deficientes, que poco a poco deterioran su capacidad visual.
Por ello es necesario que las familias tengan presente realizar un control oftalmológico previo y posterior al curso escolar. Con el fin de detectar cualquier señal que indique el desarrollo de algún problema visual que requiera de tratamiento.
Entre las deficiencias visuales más comunes se encuentran:
- Hipermetropía: Es un error en el enfoque visual que se manifiesta con una visión de cerca borrosa y en menor grado de lejos.
- Astigmatismo: Problema refractivo que se produce cuando la córnea no muestra el mismo grado de curvatura en todas sus zonas.
- Miopía: Un enfoque visual borroso hacia los objetos lejanos.
- Estrabismo: Perdida del paralelismo de los ojos, debido a una desviación del alineamiento de un ojo respecto al otro.
Estas deficiencias, dependiendo de su grado de avance, pueden generar una de las enfermedades visuales más comunes entre los pequeños, como es la llamada Ambliopía (conocida comúnmente como “ojo vago”).
Para la prevención y control de estos problemas visuales, es importante llevar un seguimiento en casa de diversos síntomas que puedan padecer los niños.
Se debe prestar atención a: parpadeo excesivo y picores.
También se deben tomar medidas controlando la distancia entre la televisión y los niños, que no utilicen dispositivos electrónicos en ambientes mal iluminados, así como la distancia entre los libros y el pequeño.
Todo ello con la finalidad de evitar molestias futuras y el desarrollo de mayores complicaciones visuales en los pequeños. Ayudándolos a afrontar el periodo escolar en excelentes condiciones de salud visual.
