El estrés nos afecta de múltiples formas a nuestra salud, no solo generando una respuesta de gran exigencia orgánica en nuestro organismo, sino que incluso puede llegar a afectar gravemente a nuestra salud visual. Las dolencias más comunes derivadas del estrés suelen ser temblor en los ojos e inflamación, pero también pueden generarse problemas mucho más graves como la pérdida súbita de la visión.

Al contrario de lo que se puede llegar a pensar, los temblores que notamos en nuestros ojos no suelen corresponder a un movimiento involuntario del ojo como tal, sino que éste se produce en un pequeño músculo conocido como el músculo de Müller, uno de los encargados de elevar el párpado.

Los temblores en dicho músculo se deben a que su funcionamiento está controlado por el sistema nervioso simpático, que en ocasiones de estrés donde liberamos mucha adrenalina, puede llegar a actuar de forma involuntaria. Más allá de la molestia del temblor, esto no supone ningún efecto sobre la visión, por lo que tampoco existe un tratamiento oftalmológico que lo frene.

Este temblor también puede ser causa de un exceso de consumo de cafeína, el uso de nicotina o la falta de sueño continuada. Es por ello que se debe optar por un estilo de vida saludable y equilibrado, y evitando las situaciones de gran exigencia física y mental que pueden derivar en problemas graves para nuestra salud.

Muchas personas en situación de estrés, también pueden llegar a experimentar inflamación , que se suele corresponder con una maculopatía seros central, una inflamación benigna de la parte central de la retina (encargada de la percepción de los detalles). Es por ello que las personas que experimentan esta maculopatía, suelen tener una visión borrosa e incluso en casos más graves, sufrir la pérdida repentina de visión.

Existen múltiples tratamientos para este problema, pero debe ser tu oftalmólogo de confianza quien te realice un diagnóstico y proponga el tratamiento más efectivo según la gravedad y tus características.

Es importante que si sufrimos una pérdida súbita de la visión o amaurosis, acudamos inmediatamente a nuestro oftalmólogo, puesto que aunque suele ser un síntoma transitorio, también puede ser una señal de aviso que anticipe otro tipos de problemas de mayor gravedad.

El estrés, provocado por las prisas y las muchas horas de trabajo, origina cambios químicos y hormonales en nuestro organismo que son la causa de muy diversas patologías. Dependiendo del grado de estrés y de otros factores individuales, las manifestaciones oftalmológicas pueden ser variadas.

Una manifestación del estrés, que no repercute en la visión, son las mioquimias. Muchas personas las describen como ”tics” y son provocados por el movimiento involuntario de los músculos de los párpados que origina temblores localizados alrededor de los ojos. Descansar correctamente y aplicar un suave masaje en la zona puede ayudar a eliminarlos.

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