Cómo realizar una correcta limpieza cuando se usan lentillas para evitar infecciones.

La higiene es uno de los factores más importantes a la hora de prevenir infecciones oculares, que a largo plazo pueden provocar problemas en la visión.
Por eso vamos a comentar algunos consejos sobre cómo se deben limpiar las lentes de
contacto y las posibles consecuencias si no se siguen estos pasos.

1. Lavarse bien las manos con jabón antes de poner o quitar las lentillas. Es muy importante desinfectar las manos previamente ya que suelen contener bacterias y gérmenes que, al entrar en contacto con el ojo, provocan irritaciones e infecciones.
Es preferible usar un jabón antibacterias y utilizar una toalla sin pelusa para el secado de manos.

2. Utilizar una dosis nueva de solución de limpieza para lentes de contacto cada vez.
No use nunca agua corriente ni esterilizada, saliva o solución salina. Solo el producto recomendado sirve para desinfectar y limpiar correctamente las lentes de contacto.

3. Frotar las lentes de contacto con los dedos y después enjuagarlas con solución de
limpieza. Evite tocar las lentillas con las uñas.

4. Limpiar el estuche de las lentillas con solución de limpieza. No se debe utilizar nunca
agua corriente, ya que puede contener impurezas y microorganismos. Además, hay
que tener cuidado de no dejar el estuche en lugares húmedos donde pueden
acumularse moho y gérmenes.

Otros consejos que debería tener en cuenta son:
· No trasladar la solución de limpieza de las lentillas a otros envases, ya que se perdería la
esterilidad de la fórmula. Si necesita menos cantidad, acuda a una farmacia para comprar el
formato de viaje.
· Guardar el bote de solución de limpieza con la tapa bien cerrada y evitar que entre en
contacto con superficies u objetos mientras lo utiliza.
· Cambiar el estuche de las lentes de contacto al menos una vez cada tres meses.
· No utilizar las lentillas más de 30 días desde su apertura.
· Evitar el humo y otros contaminantes que pueden entrar en los ojos y producir irritaciones e infecciones.

Los riesgos que existen por no seguir los consejos anteriores son bastantes, y pueden llegar
a ser muy graves. Según explica Gonzalo Carracedo, doctor en Optometría y Visión por la
Universidad Complutense de Madrid, “una mala limpieza provocará, de inicio,
sintomatología de incomodidad, incluso una disminución de la calidad visual por el uso de
una lente de contacto que no esté bien limpia. Además, podría provocar también irritación
ocular. Por último, siguiendo el orden de severidad y, por tanto, el más importante de los
problemas provocados por una mala higiene de las lentes de contacto, aparece el riesgo de
infecciones oculares, que llega a aumentar de forma exponencial. Y dicho riesgo no solo
aparece y aumenta por un uso inadecuado de las soluciones de limpieza y mantenimiento,
sino también por el empleo de agua del grifo para el aclarado de las lentes”.
El mismo doctor nos advierte de que, si la falta de higiene de las lentillas persiste en el
tiempo, el usuario se arriesga a sufrir infecciones que pueden derivar en la pérdida de visión e, incluso, la necesidad de someterse a un trasplante de córnea.

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