La retinopatía diabética resulta ser una complicación potencialmente grave de la diabetes mellitus. Esta puede comprometer el funcionamiento de la retina, disminuyendo severamente la visión, como consecuencia del deterioro de los vasos sanguíneos que la nutren. Estos vasos alterados pueden dilatarse, provocar el escape de fluido(plasma, lípidos y/o sangre) e incluso pueden ocluirse, dejando parte de la retina sin circulación sanguínea.

La diabetes tipo dos, surge por el exceso de glucosa en la sangre debido al deficiente metabolismo de los hidratos de la dieta. En la actualidad afecta al 13% de la población española (unos 6.000.000 de personas).La diabetes mellitus es un trastorno metabólico global, que cursa con diversas complicaciones vasculares en el organismo.

Una de las principales causas de aparición de este tipo de diabetes es la obesidad, como consecuencia de comer de forma poco saludable, con una fuerte presencia de  hidratos de carbono provenientes de pizzas, pasta y platos precocinados.


Síntomas de la retinopatía diabética:

• En sus primeras fases suelen aparecen pequeñas hemorragias y dilataciones vasculares (microaneurismas).

• En ocasiones la enfermedad debuta con la aparición súbita de manchas oscuras móviles que suelen corresponder a hemorragias más graves que se sitúan en el gel vítreo (en condiciones normales el vítreo debe ser transparente).

• A medida que avanza la enfermedad, el paciente acusa una disminución progresiva de la visión.

• Si la hemorragia intraocular es muy severa, o bien si aparece un desprendimiento de retina, la pérdida visual será más notoria.

Tratamientos recomendados

Una vez diagnosticada por el oftalmólogo la retinopatía, existen diversos tratamientos que pueden ayudar a estabilizar o mejorar la visión.

• Revisión oftalmológica. Seguimiento estricto de la evolución y cumplimiento de las pautas médicas facilitadas al paciente por el oftalmólogo.

• Inyecciones intravítreas para edema macular diabético.

• Cirugía láser: es muy útil aplicado selectivamente sobre los vasos anómalos de la retina para reducir el edema o bien sobre áreas isquémicas, para evitar la progresión de la enfermedad hacia formas más graves.

• Microcirugía intraocular: indicada en los casos más avanzados, con hemorragia intraocular y/o desprendimiento de retina.

 

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