Si lo que llamamos comúnmente “el blanco de los ojos” que en realidad responde al nombre de esclerótica presenta un tono amarillento, es muy posible que esté sufriendo de ictericia. Normalmente la ictericia se produce cuando existe un alto nivel de bilirrubina en sangre. La bilirrubina es una sustancia de color amarillo que contiene la hemoglobina, otra sustancia que es la encargada de transportar el oxígeno en los glóbulos rojos. Cuando los glóbulos rojos son degradados, el cuerpo se encarga de desarrollar nuevas células para sustituirlos. El hígado es el encargado de procesar las células degradadas. Cuando el hígado no funciona correctamente la bilirrubina comienza a acumularse y esto se detecta a través de la ictericia. La ictericia causa que la piel y el globo ocular presenten un color amarillento y puede deberse a diversas causas.

Entre las más comunes están:

 

  • Ciertas enfermedades de la sangre.
  • Enfermedades del hígado, como la hepatitis o la cirrosis.
  • Infecciones.
  • Reacción ante algunos medicamentos.
  • Existencia de cálculos biliares.
  • Ciertas anomalías congénitas.
  • Cáncer.

En el caso de padecer cáncer o hepatitis, se podrían presentar otros síntomas a parte de la coloración amarillenta en piel y ojos. Si usted padeciese algún cáncer podría padecer fatiga y pérdida de peso. En el caso de la hepatitis podría dar lugar a vómitos y fátiga entre otros síntomas.

Es importante saber que en el caso de que sus ojos presenten el color blanco habitual y sólo la piel se encuentre en un tono amarillento, es posible que sea debido a una acumulación de betacaroteno en sangre, en vez de bilirrubina. El betacaroteno está presente en alimentos como la zanahoria.
Si usted cree que podría padecer de ictericia, no dude en acudir a su médico y comentarle sus síntomas. Este seguramente le mandaría alguna de las siguientes pruebas:
Un test de bilirrubina en orina y en sangre, además de una biopsia en el hígado. También podría pedirle una colangiografía transhepática percutánea y un examen de isoenzimas de la fosfata alcalina.
El tratamiento a seguir dependerá de las causas que la provoquen y al ser multicausal lo normal es tratar el hígado que es el responsable de que no se degrade la sustancia.

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