El consumo abusivo de los dispositivos móviles, por parte de los más pequeños, aumenta el riesgo de padecer alguna enfermedad oftalmológica como la miopía. Los niños cuentan con una plasticidad visual mayor en su sistema visual, por lo que se adapta a las circunstancias o medios en el que se desarrollan. Por lo tanto, su sistema de enfoque se puede ver alterado erróneamente.

El oftalmólogo pediátrico de Centro oftalmológico Quirón, el doctor Pablo Durán afirmó que: “otra de las consecuencias del consumo de estas pantallas de vídeo es que, en algunos niños, al utilizar tanto tiempo la visión cercana, podrían salir a la luz defectos de graduación, como la hipermetropía, el astigmatismo o, incluso, algunos tipos de estrabismo”.

El uso de pantallas reduce la cantidad de veces que parpadeamos por segundo, lo que produce una menor calidad de la lágrima, por lo que el ojo se enrojece, lo que da sensación de sequedad o cuerpo extraño y visión borrosa.

Las tabletas, smartphones y videoconsolas portátiles, actualmente, forman parte del día a día de los niños, ya sea utilizadas algunas por ocio o para realizar tareas de clase. Por este segundo motivo, en el que las tablets están formando parte de la vida escolar de los más pequeños, se recomienda utilizarlas en un área suficientemente iluminada.

Es conveniente no abusar de las consolas portátiles ni ver la televisión más de dos horas al día. Además, es preferible establecer descansos de media hora tras cada periodo. Por otro lado, la distancia recomendada para la posición de la televisión es, al menos, de dos o tres metros.

 

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